SIERVOS DE LA REINA ARAÑA

Este blog es un más un compendio de nuestra partida que un diario de campaña y cada día sigue creciendo. Espero que sea de vuestro agrado.

Un saludo a todos.

20/3/09

La Guarida del Señor-Mago

Con la certeza de que se les escapaba algo, volvieron a investigar la sala del molino. Kirethe decidió registrar los dos cadáveres enanos y descubrió que uno de ellos portaba una majestuosa espada. Enajenado por su belleza, el guerrero trató de hacerse con ella, pero un calambrazo sacudió su cuerpo al tocarla. Aren, en vista de que era un enano al igual que los cadáveres, trató de imitar a Kirethe pero por desgracia obtuvo el mismo resultado. Tras una larga discusión, Tessela sugirió que debían ir al templo de Lazhander, donde probablemente se encontraría el Señor-Mago. Como ya era tarde y necesitaban descansar, se encerraron en la sala de los escarabajos gigantes para recuperar fuerzas.
Garion, mientras hacía una de las guardias, oyó pasos al otro lado de la puerta y despertó a todos sus compañeros por si se trataba de alguna amenaza. Cuando abrieron la puerta se encontraron con un humano de aspecto andrajoso que estaba buscando un sitio donde pasar la noche. Al parecer era un monje de la lejana Mulhorand buscando un reto lejos de su hogar. Congenió perfectamente con el grupo y decidió unirse a su causa.
Antes de ir a por el mago, se aprovisionaron de algunas pociones en la única tienda del pueblo donde aún disponían de algo, eso sí, a un precio desorbitado. Algo más preparados, se pusieron en camino.
El templo estaba vigilado por varios guardias que al parecer no hacían demasiado caso a lo que pasaba a su alrededor, jugando a las cartas, bebiendo o fumando en pipa... Cuando el grupo se acercó a las ruinas del templo, dos de ellos se aproximaron a ver qué estaban haciendo. Aren les dijo que Trent les había enviado y pronto siguieron con sus asuntos, dejándoles vía libre.
Descubrieron un pasadizo que llevaba probablemente al sótano. Bajaron las escaleras cuidadosamente, esperando encontrarse algún peligro, pero lo que encontraron fue una pequeña bodega. Aren investigaba cerca de uno de los barriles cuando, de repente, una rata monstruosa le atacó por sorpresa aunque sin mucho éxito. Garion acudió en su ayuda pero la rata fue más hábil y le mordió con gran fuerza, el elfo quedó tendido en el suelo pero por fortuna sus compañeros le socorrieron y acabaron con la terrible rata sin gran dificultad.
Tessela y el monje alzaron un rastrillo que llevaba a las catacumbas del templo, donde estaban enterrados los clérigos y campeones de Lazhander que antaño servían en ese templo. Garion descubrió una entrada secreta en uno de los corredores. Se trataba de un santuario secreto que a pesar del polvo, se conservaba en buenas condiciones. Aren decidió llevarse el cáliz que había sobre el altar pues era lo único que parecía tener valor, también se apropió de un pequeño tesoro oculto tras una puerta atascada.
Una de los nichos estaba derruido, revelando un pasadizo subterráneo. Allí se encontraron dos guardias zhentarim muertos y el cadáver de una extraña criatura con cabeza de pájaro y una especie de garfios como brazos. Mientras registraban los cuerpos y Kirethe sugería cortarle la cabeza al bicho, oyeron que algo se les acercaba desde el otro lado del corredor.
Se trataba de una criatura similar a la que permanecía inerte en el suelo, pero esta vez casi el doble de grande. Todos los compañeros decidieron salir del pasillo por el lado de las tumbas y preparar una emboscada, algo que les salió relativamente bien. Aunque Garion y el monje cayeron debido a los tremendos zarpazos de la criatura, su táctica de flanqueo les permitió acabar con ella. Tessela acercó las pociones a sus moribundos compañeros y el elfo sugirió repetidas veces que deberían volver al pueblo a por más pociones, la falta de un sanador en el grupo les estaba poniendo en gran peligro, pero nadie le hizo caso.
Comandados por el caótico Aren, siguieron la senda que se bifurcó en dos caminos. El que eliguieron les llevó a una especie de estanque donde Kirethe decidió tirar una de las glándulas luminosas del escarabajo. Cuando la superficie del estanque empezó a removerse, todos huyeron como si de un pulpo gigante se tratase.
Decidieron entonces coger el otro camino y se encontraron una plantación de setas gigantes con extrañas figuras moviéndose tras ello. El monje descubrió que se trataba de las noctumbras de las que tanto había oído hablar a sus compañeros. Sin dudarlo se lanzaron al ataque y, sin grandes problemas, lograron deshacerse de las horribles criaturas. Aren entonces sesgó unas pocas setas cuidadosamente y les sorprendió lo que se encontraron, 13 crías de noctumbra parecían estar incubándose en el interior. Kirethe se apresuró a cortar todas sus pequeñas cabezas pero el enano se le adelantó y logró "salvar" a dos de las crías, metiéndolas en su mochila.
Volvieron atrás al estanque y descubrieron que lo que habitaba en él era una especie de duende acuático que les ofreció escapar de allí bajo el agua. Aunque tentador, de momento no necesitaban tal ayuda asi que decidieron seguir explorando. Una vez más, Garion advirtió de la necesidad de proveerse de curación mágica, pero nadie atendió a su petición.
Siguieron por un ancho camino donde se encontraron uno de los horrores ganchudos con los que se habían encontrado a la entrada, éste era de un tamaño superior al que habían combatido pero por suerte sólo quedaba de él su esqueleto. Continuaron un poco más allá pero se encontraron con el río Thes que bajaba con gran fuerza por este tramo bajo tierra.
Dieron media vuelta y alcanzaron un lugar lleno de espinas, ramas y hojarasca. De repente, un extraño conjuro enmarañó a varios de los héroes.
Los que no fueron afectados por el conjuro vieron que la causa estaba al otro lado del muro de espinas, otra noctumbra más. Cuando consiguieron acabar con la criatura, Garion y el monje quedaron inconscientes y sin más métodos para sanarlos, Aren negoció con el duende acuatico quien accedió a curarlos a cambio del cáliz que el enano había encontrado en el santuario secreto.
Fue entonces cuando decidieron hacer un alto en el camino y visitar a Trent. Les llevaron las cabelleras de todas las noctumbras que habían conseguido abatir y el Alguacil se mostró bastante generoso, esto les permitió aprovisionarse de varias pociones de curación, algo vital para superar los escollos que les aguardaban.
El alguacil les dijo que no sabía que estaban haciendo pero lo estaban haciendo bien, ya que muchos de los enfermos estaban recuperándose milagrosamente, incluidos los de su guarnición.
De vuelta a las cavernas, se encontraron con un pozo donde habia un lodo viscoso que parecía tener vida en el interior de un ancho pozo. Los compañeros idearon arrojar fuego al pozo y el extraño lodo empezó a retorcerse y emitir ruidos extraños, finalmente murió. Tras una acalorada discusión, Aren y el monje decidieron bajar atados a una cuerda por el pozo. Si que nadie lo esperara, a medio camino, el lodo pareció cobrar vida de nuevo y ambos pusieron pies en polvorosa para salir de allí lo antes posible. El enano lo consiguió sin problemas pero el monje resbaló y sólo gracias a la gran fuerza de Tessela y Kirethe se salvó de una muerte más que segura.
Al fin llegaron a lo que parecía ser la entrada de la verdadera guarida del mago, entraron a una estancia construida en piedra donde habían unos huecos, al parecer para que alguien disparara flechazos desde el otro lado, por fortuna sólo había un desvalido perro que tras recibir algo de comida de los héroes, se escapó con un gruñido, tenía claros síntomas de haber sido maltratado.
Accedieron entonces a la sala contigua, una cámara inusualmente gélida que ocultaba a cuatro esqueletos humanos, aparecieron de las sombras y atacaron lo mejor que pudieron, pero tras los innumerables desafiós a los que se habían enfrentado en los últimos días, esto pareció pan comido para los héroes.

CONTINUARÁ...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tiene su gracia que sea justamente yo quién más insistía en volver a comprar pociones y sin arriesgarme en exceso haya estado al borde de la muerte 3 veces en una sesión.
Por cierto, eso de que Trent nos ha dicho que estabamos haciendo un buen trabajo y que se estaban curando personas no lo había escuchado y da que pensar: quizá no hace falta acabar con el hechicero, solo con las Nocturnias. En fin, voy a proponer quemar todo el dungeons y listo, xD

Anónimo dijo...

Tampoco había oido yo eso de Trent. Tal vez no haga falta matarle para curar a las personas, pero a buen seguro que tiene riquezas escondidas en su guarida, además de una sabia cabeza que añadir a mi colección.

Caelestis dijo...

La verdad es que se me pasó deciros esa parte, Trent os dice que no sabe lo que estáis haciendo pero la gente se está curando.
Cuando volvía a casa lo recordé y decidí ponerlo en el blog.