SIERVOS DE LA REINA ARAÑA

Este blog es un más un compendio de nuestra partida que un diario de campaña y cada día sigue creciendo. Espero que sea de vuestro agrado.

Un saludo a todos.

13/12/08

¿Elegidos?

Akrurk se despertó sobresaltado, sin saber cómo, estaba atado de pies y manos. El resto de compañeros yacían inconscientes igualmente atados. El brusco traqueteo le hizo percatarse de que se encontraban en una carreta junto a un cofre y otras baratijas. Akrurk oyó dos voces con acento barrobajero hablar supuestamente de su secuestro, tras intentar desatarse, uno de ellos creyó que algo pasaba dentro del carro y el mago se hizo el dormido, lo que al parecer funcionó.
Poco más tarde logró desatarse y decidió despertar a Norril que logró deshacerse también de sus ataduras. Esta vez los bandidos pararon la carreta para ver que estaba pasando, Akrurk se armó con una cabeza de ciervo disecada y se escondió al lado del pórtico, mientras, Norrill despertó a Triss pero no le dió tiempo a desatarla. Alguien abrió la puerta repentinamente y el mago le golpeó con la cabeza antes de que pudiera reaccionar, después Norril se lió a puñetazos mientras Triss lograba desatarse. Al parecer había dos bandidos más en el exterior. Repentinamente el sonido cortado de una flecha atravesó a uno de ellos y el otro consiguió huir.
La flecha provenía del arco de un semielfo, él y sus compañeros, afirmaban que estaban esperando a los cuatro aventureros. Les pidieron que les acompañaran a entrevistarse con un venerable anciano, una especie de oráculo que había predecido su llegada.
De camino al interior del bosque, los compañeros se dieron cuenta de que se encontraban en el bosque Yuir, muy lejos de su hogar. Este bosque era famoso por sus habitantes, los elfos de las estrellas que habitaban en un semiplano al que se accedía mediante una especie de círculos mágicos dentro del bosque.
Cuando llegaron al poblado, el anciano los recibió. Los compañeros, aunque anodadados por la extraña situación, atendieron al anciano y aceptaron "su destino". Tendrían que ir hasta Sildëyuir, el semiplano antes citado para intervenir en un enfrentamiento entre dos poderosas entidades. El anciano, muy amable, les ofreció varias pociones de curación y otras provisiones. Algo necesario ya que los héroes habían perdido todo su dinero, al parecer antes de ser secuestrados. Akrurk decidió cargar con un cristal que según el anciano sabrían utilizar en el momento preciso.
Una vez puestos en camino, los compañeros intercambiaron impresiones sobre el lío en el que se estaban metiendo pero al fin y al cabo, para eso eran aventureros. Llegados a la espesura del bosque, bajo el manto de estrellas, Akrurk notó que el cristal empezaba a brillar con intensidad. De repente un círculo de piedras apareció como una ilusión delante de su camino. Tras varios exámenes superficiales, Akrurk se armó de valor y se lanzó al centro del mismo, desapareciendo al instante. El resto de compañeros decidió hacer lo mismo, el destino de uno debía ser el destino de todos.
Aparecieron en un lugar bastante tenebroso, una niebla espesa lo cubría todo, el sonido de las olas rompiendo en un acantilado les hacía sospechar que estaban en una especie de peñón ya que el fuerte sonido del óceano provenía de todas partes. Decidieron avanzar en una dirección más llevados por sus impulsos que por tener una orientación clara. Así llegaron a una especie de embarcadero que parecía bastante abandonado. Esperaron unos segundos examinando todo lo cuidadósamente que podían y como si algo o alguien les estuviera esperando, un bote de cristal surgió de las aguas.
Decidieron que no les quedaba otra alternativa que subir y así lo hicieron, el resultado fué que a pesar de no tener remos, el bote empezo a avanzar lentamente por sí mismo alejándose del embarcadero. Tras unos minutos navegando, Triss detectó que algo vivo se movía por debajo del bote y poco después esa cosa hizo su acto de presencia. Un gran tentáculo agarró a Tessela de las piernas y la atrapó. El resto de compañeros hicieron todo lo posible por salvar a la semiorca, ésta se aferraba al bote gracias a su gran fuerza. Akrurk lanzó sus proyectiles mágicos mientras Triss lanzaba sus flechas contra la enorme criatura, una especie de pulpo gigante. Poco después, los tres compañeros ayudaron a Tessela a librarse de los tentáculos de la gargantuesca criatura y tras unos golpes más, el pulpo huyó definitivamente. De nuevo a salvo, siguieron su rumbo hacia un lugar que desconocían absolutamente.
Finalmente llegaron a otro embarcadero, también vacío, con unas escaleras que ascendían hasta una especie de fortaleza, estaba claro que alguien había dispuesto todo para su llegada.

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