Poca Resistencia

Tras buscar un lugar donde descansar más seguro, los compañeros se dispusieron a acampar en un lugar algo incómodo pero de fácil defensa. A la mañana siguiente, decidieron adentrarse en la oscuridad de las cavernas naturales del risco.
Tras sortear algunos pasadizos, encontraron una gran cámara donde se depositaba el agua de la lluvia en una gran balsa no demasiado profunda. Norrill se adentró en la estancia y tropezó con unas ramas que parecían ocultar una especie de trampa. Se trataba de un pozo natural que albergaba una araña gigante, tras quemar sus redes, Tessela, Triss y Norrill exterminaron a su presa sin gran oposición. Norrill descendió hasta la base del pozo que no era muy profundo para buscar algún indicio de las pertenencias de Randamis.
Mientras tanto, Thorgrimm se adentró en otro tunel para vigilar si había alguien más en las cavernas. Al observar algunas criaturas que no acertó a identificar, restrocedió sobre sus pasos para alertar al resto del grupo. Triss se acercó entonces con gran sigilo para observar de qué se trataba y no se sorprendió al observar que era uno de los buitres gigantes que el día anterior les había acechado. Tessela, arremetió muy violentamente contra el indefenso animal que prácticamente se evaporó al soportar la embestida de la semiorca.
Por mucho que exploraban, no había rastro de la expedición del semielfo hasta que al final dieron con una cámara llena de goblins, muchos de ellos niños y mujeres poco aptas para la lucha. Con gran habilidad, los compañeros lucharon codo con codo contra la resistencia trasgoide hasta que sólo quedó uno de ellos. Al final, todos los goblins lograron huir al verse sobrepasados ampliamente en fuerza.
Los compañeros trataron de perseguirlos ya que no querían alertar a cualquier superviviente que pudiera seguir vivo en las cavernas. Tessela, que iba a la cabeza, fue sorprendida por dos dardos que se dispararon automáticamente al pisar una sección del corredor. Tras el incidente, se encontraron con otros dos goblins dispuestos a cubrir la huida de su manada. Uno de ellos murió prácticamente al iniciarse el combate, el otro trató de huir junto al resto de su tribu pero no tuvo tanta suerte. Thorgrimm lo apresó en una jugada maestra y lo extorsionó para que le diera más información a cerca de lo que ocurría en ese risco.
El goblin no sabía gran cosa, sólo reveló entre sollozos y claros signos de haberse vuelto totalmente inofensivo, que tenían un lider llamado Doug pero no era un goblin, sino alguna extraña especie de reptiloide volador. Thorgrimm se las apañó para atar como si de un perro se tratase al maltrecho goblin obligándole a revelar información sobre las trampas del complejo. Hasta que llegaron a lo que se suponía la estancia del lider.
Tras deshacerse de otro par de goblins en su turno de vigilancia, accedieron a una cámara más amplia y alta que la mayoría. Un extraño ser volador revoloteaba por el techo armado con una roca similar a las que los buitres descargaron contra el grupo el día anterior. Al parecer se trataba del lider que al no tener demasiada suerte con su roca, descendió tras sortear algún que otro proyectil inesperado. No ofreció gran resistencia y finalmente cayó en la batalla con un gran golpe de Norrill.
Thorgrimm que prácticamente no entró en combate, se dedicó a examinar unas alforjas que estaban depositadas en el centro de la estancia, dos de ellas contenían utensilios varios de viaje. Tessela encontró varios objetos algo extraños en otra de las alforjas: una pluma de un animal poco corriente, un frasco con sangre y una poción. Finalmente dieron con la razón de su misión, las hierbas de Randamis se encontraban en la cuarta alforja.
Aunque su misión estaba prácticamente completada, Norrill y Triss insistieron en inspecionar el resto de las cavernas y aunque a regañadientes Thorgrimm accedió. Llegaron a una especie de arco con varias rocas postradas encima de una tabla de madera con una cuerda colgando, el goblin capturado aseguró que se trataba de una trampa. Tras unos segundos de indecisión, Norrill tiró de la cuerda lo cual casi le cuesta la vida, un torrente de piedras cayó sobre su cabeza dejándole alguna herida seria.
Quedaba poco por hacer, no parecía haber nada más que explorar en aquel risco, asique se pusieron en marcha de vuelta a Castillalto. Aunque Thorgrimm quería conservar al goblin como esclavo, los compañeros le hicieron entrar en razón y finalmente liberaron a la desaliñada criatura que huyó todo lo rápido que sus débiles patas le permitieron.
Una vez en el pueblo, decidieron visitar a un alquimista para conocer algo más sobre los extraños objetos que Tessela había encontrado. Finalmente fue Thorgrimm quién aseguró que se trataba de una pluma de cocatriz y de sangre de dragón, componentes de conjuros bastante poderosos. El alquimista cerró un trato con los compañeros por 20 piezas de oro.
Ya en la mansión Ambler, donde Randamis les esperaba con gran impaciencia debido a su estado, fueron recibidos cordialmente. Randamis fue muy generoso con todos ellos y no escatimó en su recompensa, 150 piezas de oro para cada uno y su eterno agradecimiento.

Se pone así punto y final a la primera aventura seria de los nuevos héroes.