Triss se dirigía a reunirse con sus compañeros tras poner su espada al servicio de La Corte Élfica, su hogar. En el camino se encontró con un señor llamado Christofer Sendars, quien le comunicó que sus amigos habían sido acusados de asesinato y estaban en la prisión de Aguas Profundas. Sendars le comentó también que se sabía que no eran culpables pero que tragaron un anzuelo de una conspiración a mayor escala. Aunque Triss se preocupó por esta situación, Sendars le ofreció un modo de sacarlos de ese aprieto, conocía a Khelben Aurunsun, un mago muy influyente en la política de la ciudad y que podría liberarlos. A cambio le pidió una misión: Sendars tenía una mina de plata que tiempo atrás había sido muy prolífica, pero algo terrible ocurrió; los mineros empezaron a desarrollar una misteriosa enfermedad, muy contagiosa y los druidas achacaban los problemas al agua contaminada de una fuente en el interior de las minas que suminstraba a todo el pueblo. Pronto, muchos aldeanos se vió afectado con los mismos sintomas lo que convirtió al Paso de Dubik en poco más que un pueblo fantasma. Las minas fueron despúes ocupadas por kobolds, lo que impidió llevar las investigaciones mucho más lejos. La misión consistía pues en llegar a la fuente y librar a las minas de los indeseables kobolds. Triss aceptó sin dudarlo y ambos viajaron a Aguas Profundas.
Los compañeros que habían estado un largo periodo a la sombra, recibieron con gran alegría la visita de Triss con los dos hombres de apariencia noble. La elfa les explicó todo y uno de los hombres llamado Khelben les encomendó a ayudar a Sendars. Todos estuvieron de acuerdo y Akrurk quedó impresionado al conocer a uno de los mayores magos de Toril.
Tras esto, todos se dirigieron hacia el Paso de Dubik, por el camino Christofer les comentó los pormenores de la misión, muchos no estaban muy seguros de pagar ese precio por su libertad ya que la enfermedad parecía altamente contagiosa pero al fin y al cabo eran aventureros y esa era la vida que habían elegido.
Al llegar a un lugar algo escarpado, Sendars dijo que la mina estaba subiendo por un sendero que parecía bastante seguro. Él esperaría en el pueblo pues no era muy apto para la lucha. La elfa se adelantó unos cuantos metros del resto del grupo para explorar el terreno mas a fondo. El camino hasta la entrada era seguro, Triss vió un poco mas allá del umbral de la mina una habitación construida a conciencia con un cadaver y restos de sangre, aunque no parecía en absoluto reciente. Los compañeros se reunieron y exploraron un poco por la habitación, Akrurk registró el cadáver y se encontró con que se trataba de una trampa que no le alcanzó.
Otra habitación adyacente estaba con la puerta cerrada y un tunel bajaba hasta la mina. Tras varias indagaciones llegaron a la conclusión de que albergaba una especie de trampa y al no haber forma de saberlo, decidieron tomar un gran riesgo al irrumpir en el habitáculo por la fuerza bruta. Finalmente no se trataba de una trampa, sino de una patrulla de kobolds atrincherados al fondo y lanzando virotes con sus ballestas caseras.
Los compañeros formaron un buen equipo para acabar con ellos pese a que Triss tropezó en una de sus piruetas para ganar la espalda de los enemigos. Al final todo salió bien.
Al fondo había una puerta de muy buena calidad cerrada con llave, por suerte, encontraron la llave adecuada y pudieron acceder a una especie de almacen. Otra tanda de kobolds les esperaban con las armas en ristre, esta vez se trataban de ocultar tras unos barriles. El grupo parecía compensarse a la perfección durante la batalla lo que les hizo superar con gran facilidad a los seres. En uno de los barriles encontraron un aceite altamente inflamable con el que llenaron Triss, Akrurk y Tessela unos cuantos viales para usar como armas deflageladoras. el mago volcó otro de los barriles que contenía carne podrida y ratas para observar si había algo en el fondo y tuvo la suerte de encontrar un pequeño tesoro.
Sin tiempo para saborear las mieles del triunfo, Akrurk se vió sorprendido por una comadreja terrible, claramente infectada. El mago recibió un mordisco pero Tessela acabó ferozmente con la vida del animal antes de que pudiera causar un daño mayor. Tessela y Akrurk podían haberse contagiado de la enfermedad aunque por el momento se sentían normalmente bien.
Continuaron explorando, más abajo, en las minas y sin tomar las precauciones adecuadas, lo que provocó la caída a un pozo de Tessela primero y después del Thorgrimm intentando superarlo con un desafortunado salto. Por suerte, la caída no les provocó heridas de gravedad y pudieron seguir adelante con algo de ayuda.
Llegaron a una zona de las minas donde se encontraba el groso de las vetas del mineral de plata, viejos andamios se agolpaban en las paredes y un tunel en la zona sudeste se elevaba a unos metros de la base, también había una salida por la zona nordeste. Cuando entraron en la zona, una lluvia de virotes los volvió a sorprender, la plaga de kobods era estresante. Con una táctica mixta de intimidación y fuerza, los héroes hicieron retroceder a la fuerza reptiliana, también gracias a un águila convocada por Thorgrimm que impactó en el seno de la resistencia. Triss alcanzó la zona superior y batalló ferozmente, varios kobolds salieron embestidos por la abertura, donde Akrurk se dedicaba a rematarlos. Tessela alcanzó también la zona superior y ambos luchadores acabaron con las fuerzas enemigas. Triss descubrió en su búsqueda de tesoros una puerta secreta que les llevó a una especie de almacén donde descansaron y repusieron fuerzas.
Al día siguiente, todos menos Tessela se encontraban peor de lo esperado, al parecer les estaba afectando de alguna forma esa rara enfermedad. A pesar de ello, se pusieron de nuevo en marcha, debían encontrar la fuente y el origen de ese mal. Explorando la caverna norte, se encontraron con una gran cámara donde hacía muchísimo calor, una gran pira de cadáveres se amontonaba en el centro de la estancia. Akrurk se pegó a la pared oeste y el druida le siguió, tenían el presentimiento de que algo horrible iba a pasar. Finalmente la pira de cadáveres empezó a titilar en algunos puntos y media docena de zombies salieron dispuestos a acabar con el grupo. La lucha a priori parecía asequible pero los nomuertos utilizaban sus garras con gran poder abriendo heridas más serias de lo esperado. Akrurk estuvo a punto de perder la razón intentando ayudar a Triss que había caído un segundo antes. Thorgrimm fue en ayuda de Tessela que parecía verse sobrepasada en número lo que provocó una gran tragedia: El druida fue alcanzado por uno de los zombies tan violentamente que no le dió tiempo ni a soltar su último aliento. Una muerte inesperada en un lugar inesperado y de una forma inesperada.
Tessela logró deshacerse de los últimos nomuertos gracias también a la ayuda de la ballesta de Akrurk y le dieron una poción a Triss que aunque malherida, aún vivía. No pudieron hacer nada por Thorgrimm y sacando fuerzas de flaqueza, siguieron adelante.
El reducido grupo llegó hasta otra cámara gigantesca donde se yerguía una impresionante torreta oscura que parecía ser un gran totem. A sus pies, encontraron la ansiada fuente. Akrurk detectó gracias a uno de sus conjuros que se trataba de una contaminación mágica y probablemente la respuesta a sus preguntas se hallaba en lo alto de la torreta.
Todos subieron sin excepción y arriba se encontraron un sinfin de piezas de chamanismo y brujería pagana. Fueron sorprendidos por un conjurador orco que escondido tras un tótem intentaba usar sus conjuros contra los incursores. Triss hizo un primer intento de embestiro para utilizar su táctica favorita de lanzarlo al vacío pero no tuvo la suerte esperada.
Tessela entonces imitó a la elfa y gracias a sus poderosos brazos, logró arrastras al orco hasta el vacio, probablemente era su final.
Al parecer todo había acabado, era hora de informar a Sendars de que habían asegurado el paso hasta la fuente, pero antes de eso, decidieron registrar el cadáver del orco y asegurarse la victoria. Akrurk clavó su daga en el corazón del chamán como si se tratara de un vampiro y este lanzó en su último aliento un rayo de poder seguido de una plegaria a su dios Gruumsh. El hechizo que contaminaba el agua empezó a disiparse y tanto Triss como Akrurk se sentían mucho mejor, como si la enfermedad hubiera desaparecido.
Tras saborear el amargo triunfo, retornaron al pueblo donde conversaron con Sendars. Él y sus hombres se aseguraron de que la misión estaba cumplida y quedó ampliamente satisfecho por lo que obsequió con 100 piezas de oro extra a cada uno de los héroes.
SIERVOS DE LA REINA ARAÑA
Este blog es un más un compendio de nuestra partida que un diario de campaña y cada día sigue creciendo. Espero que sea de vuestro agrado.
Un saludo a todos.
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31/5/08
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